Blanco y en botella

Es bien cierto que Dios no llamó a Rajoy para que recorriese el camino que marca y consagra a los grandes políticos de nuestro tiempo, pero también es auténtica realidad que el atajo de individuos –de uno y otro sexo– que le acompañan y palmean no son de recibo.
En blanco nos ha dejado la señora Botella cuando se dedicó –en un “puritito” alarde de nimiedad– a ponderar virtudes de nuestro Madrid, con la pedestre, mal pronunciada, anacrónica e infame frase de “a relaxing cup of café con leche in plaza Mayor”.
En ese momento, los miembros de COI no sabían si partirse la garganta a carcajadas o llorar como magdalenas ante el sumo ridículo que ofrecía la tal Botella. Ya tiene, pues, Rajoy una frase más que añadir al “diccionario de estupideces” que enriquecen continuamente sus conmilitones. Porque a la “indemnización en diferido” de la pizpireta Cospedal, se ha unido recientemente el “somos un ejemplo para el mundo” del inefable Montero, alias “sonrisa de hiena”.
Pero, ¿qué ejemplo para el mundo, hombre de Dios, alma de cántaro? ¿No se habrá usted confundido con el envidiado y envidiable caso de Tokio? Resumiendo, que fuimos a Buenos Aires con un nutridísimo mariachi de políticos inertes, cuyo dominio del inglés alcanza los límites de un “yes”.
Pero, eso sí, nos liamos a cortar jamón como posesos para engordar las barrigas de los miembros del COI que, acto seguido, nos dieron por donde se enhebran las agujas. ¡Diez tremendos jamones “arrepiñota” que nos zamparon los judas que después nos traicionaron!
Pero nos traicionaron en inglés y como nuestra delegación no tenía puñetera idea, la cosa acabó como el rosario de la aurora. Se salvaron con el idioma el príncipe de Asturias, que estuvo irreprochable, y el baloncestista Paúl Gasol, que hablan inglés correctamente.
El resto, “caca de la vaca”. Y la señora Botella, más que caca, una auténtica deposición diarreica.

Blanco y en botella

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