Alcaldías: vientos de fronda

Corren vientos huracanados para determinadas alcaldías. En tal circunstancia se encuentra La Coruña, atenazada por dos cánceres llamados Pokémon y Pikachu, que amenazan con devorar a su entramado bien entretejido en el Gobierno municipal y que hace un año nadie se imaginaba por dónde iban a venir los tiros. Baste con decir que las decenas fontaneros que accedieron al ayuntamiento están que nos les llega la camisa al cuerpo, ante la amenaza  de que se destape el pastel o de que el jefe en Galicia tire de la manta y obligue a dar una patada en el tafanario a los fontaneros.
Pero hoy ya tienen los populares otro follón y éste es en Madrid. Gallardón se aleja de Rajoy y hace las paces con Aguirre. Dicho de otra forma: el PP de Madrid puede pronunciarse sobre los candidatos a la Comunidad y la Alcaldía. El ministro de Justicia acaba de decir que Aguirre es la única posibilidad de no perder la Alcaldía, con lo cual Gallardón quiere dar un cierre a blancas a las posibilidades de la plurilingüista Ana Botella.
Por su parte, Aguirre se ha apresurado a decir: “Estaré donde mi partido me pida”. Con lo cual viene a asegurar que no haría asquitos al cargo. Aún resuena aquel enero de 2008: Bajaban juntos Gallardón y Aguirre en la sede del PP. Rajoy les había dicho: “Estoy harto de vuestras peleas” y les comunicó que ninguno iría en las listas a las elecciones generales. Gallardón quedó destrozado. Y Esperancita dijo: “No sé por qué te pones así. Si gana Mariano, te podrá hacer vicepresidente; si pierde, tú y yo estaremos en iguales condiciones”. Pero Gallardón se entregó a Rajoy y la rubia se colocó enfrente.
Ahora están reconciliados. Se apoyan. Juntos armarán ruido. Pagana y perdedora, Ana Botella. Consecuencia: cabreo de Aznar.

Alcaldías: vientos de fronda

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