Innovar y progreso

La investigación y el desarrollo, cuando van acompañadas de la innovación, contribuyen decisivamente al progreso científico y técnico.
Este tema nos permite esclarecer términos y conceptos que se relacionan muy estrechamente, pero que tienen distinto significado y alcance. Nos referimos a inventar, descubrir, renovar e innovar. En efecto, según el Diccionario de la Real Academia Española, “inventar es hallar o descubrir algo nuevo o no conocido”.
Es evidente que en esa definición se comprende la idea de inventar y la de descubrir que, realmente, se refieren a hipótesis o supuestos distintos, porque hallar algo nuevo es inventar y hallar algo no conocido es descubrir. Se inventa lo que es original o nuevo; se descubre lo que ya existía pero no era conocido.
Ejemplo de ambos conceptos son, la “invención” de la imprenta y el “descubrimiento” de América. Solo la invención crea; el descubrimiento hace patente lo que estaba oculto o escondido. También deben distinguirse los conceptos, innovar y renovar.
Innovar es todo cambio que introduce una novedad, es decir, algo nuevo, mejor y más favorable en un ámbito, contexto o producto. Su condición esencial es que su aplicación sea más útil y provechosa al fin deseado.
Innovar no es renovar. La renovación no supone cambio cualitativo y si sustituir lo usado por lo nuevo y recién estrenado, sin cambio alguno en su entidad y finalidad.
Cosa distinta es desechar lo que ha devenido “obsoleto” por el avance de los descubrimientos técnicos y científicos. La “caducidad”, por su parte, es la pérdida de eficacia de un producto por el transcurso del tiempo.
Renovar no es avanzar. La renovación renueva el sistema, sin cambio ni mejora técnica del mismo. El progreso se basa en la investigación, el desarrollo y sobre todo en la innovación.

Innovar y progreso

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