NETHINKING, PENSAR EN RED

Vivimos demasiado deprisa. Conectados a todo tipo de aparatos desde que nacemos en una incubadora hasta que nos desenchufan de la máquina que nos ayuda a respirar. Y, entre medias, enganchados a un ordenador, un móvil o una tableta que ni siquiera se puede meter entre dos tristes cachos de pan.
En un momento en el que el mundo parece girar a mayor velocidad de lo habitual, elegir un encierro voluntario en una isla para debatir sobre la deriva de la tecnología y las redes sociales parece una paradoja. Esa es la idea de Nethinking, un encuentro que se celebra cada año en San Simón para analizar cuáles serán las tendencias de la comunicación on y offline en los próximos tiempos. Podría ser Supervivientes, si no fuera por el hecho de quienes participan en este foro se han leído –e incluso han escrito– más de un libro.
En Nethinking se dan cita periodistas de renombre, publicistas, guionistas, catedráticos e influencers de las redes sociales, gente que se levanta cada mañana con el móvil lleno de notificaciones de sus miles de seguidores y que son capaces de generar un maremoto en la opinión pública que navega a diario por las redes sociales. Son a Twitter lo que Isabel Preysler sería al Hola. Mediáticos por la tele como Antón Losada, Raquel Martos, Rober Bodegas o Alberto Casado, pasando por perfiles más académicos como Joaquín Müller (Fundeu), Estrella Montolío,  o Joaquín Rodríguez (Futuros libros) o enfoques más modernos, como Manuel de Lorenzo, Juan Carlos Fernández Fasero, José Pérez Ledo (Mi mesa cojea) o Ismael El-Qudsi, hasta llegar a auténticos gurús de Twitter como Eduardo Arcos, Antonio Delgado o Miguel Ángel López (Hematocrítico).
Desconectados del mundo exterior pero enganchados al wifi, se encierran cada año en la isla para debatir sobre cuál será el futuro de internet. Si es que sigue habiendo internet. Entre las conclusiones oficiales, la excesiva dependencia de la tecnología y las renuncias que ello conlleva; entre otras, la privacidad: estamos dispuestos a perder nuestra independencia y nuestros derechos para no perdernos nada. Las conclusiones menos formales serían que el PDF es casta, que siempre hay que llevar en la maleta un cargador de dron y que, por si no se habían enterado, Instagram ha muerto, viva Snapchat.

NETHINKING, PENSAR EN RED

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