Machismo sin fecha

Bueno, pues nada, ya estamos a 23 de marzo, han pasado 15 días desde el 8-M y ya podemos guardar las pancartas, las consignas y el traje morado del feminismo porque ya conseguimos llenar las calles de gente, concienciar a todo el mundo y el machismo se bate en retirada con el rabo entre las piernas –nunca mejor dicho– para resguardarse en sus cuarteles de invierno.
La verdad es que no sé ni por qué salimos a manifestarnos y a dar la paliza. Igual es que somos un pelín feminazis y exageradas porque, la verdad, tampoco es para tanto. Apenas hay ya nada que reseñar. Bueno, si nos paramos a pensar... Igual las críticas a Inés Arrimadas por posar con un vestido de noche en Telva. Diseño de satén y gasa de Diane Von Furstenberg, zapatos de Jimmy Choo y pendientes de diamantes. Unos dos mil pavos del ala, pero es lo que tiene la moda, que viene siendo cara y que es precisamente lo que publicita la revista.
A la líder de Ciudadanos en Cataluña la han puesto fina. Que si es mucho lujo, que si parece una muñeca o que si poco ayuda a la lucha feminista saliendo así. Al parecer, para tener el carné de feminista no se puede salir arreglada, ni con un vestido de noche ni mucho menos ser guapa, cuando esa guerra lo que realmente hace es volver a poner el foco en el físico y la apariencia de la mujer, olvidándose de que lo realmente importante es lo que dice y hace.
Las críticas por posar con ese atuendo serían estupendas si hubiesen arreciado también contra, por ejemplo, Pablo Iglesias cuando salió con esmoquin y pajarita en Vanity Fair, o contra Pedro Sánchez, que lució la misma indumentaria para la portada de Harper’s Bazaar.
Vale, pero, quitando lo de Arrimadas, tampoco hay nada destacable... Bueno, sí, quizás la salida de Muntari con una compañera de la prensa deportiva, a la que le dijo al preguntarle por su opinión sobre Seedorf que le iba a contestar con respeto por ser mujer. La metedura de pata es de tal calibre que no solo insulta a las mujeres sino que, de paso, insinúa que si la pregunta la hubiera hecho un hombre, la respuesta hubiera sido incluso peor. Al menos, la periodista tuvo el respeto suficiente –ella sí– para no responderle, como seguramente habría pensado más de uno, que le había hablado con total educación pese a ser un machista.
Por lo demás, sin novedad en el frente. No hay nuevas muertes por violencia de género y la cosa está tranquila porque sus maridos les siguen pegando “lo normal”. Así que ya podemos volver a las noticias de verdad y seguir atentamente el debate para la investidura del Parlament en Cataluña. Ahí sí que son avanzados. Cómo se nota que es Europa. Ellos sí que tienen muchas mujeres portavoces como Marta Rovira, María José García Cuevas o Esperanza García y hasta tienen una que ha ganado las elecciones, que es esa chica tan mona que salía con el vestido de noche en Telva. Pese a eso, llevan tres intentos de presidente y los tres son hombres. Pero seguro que lo de que haya una presidenta es solo cuestión de tiempo. Fijo.

Machismo sin fecha

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