A LA LUZ DEL MCDONALD’S

Se llama Daniel Cabrera, tiene nueve años y hace unos días una foto suya se pudo ver en medio mundo gracias a redes sociales y medios de comunicación. No se hizo famoso por ser refugiado, por tener hambre o por vivir una tragedia, que son normalmente las razones que hacen que la foto de un niño que no es muy blanquito se cuele entre las páginas de los periódicos. El motivo de que hayamos conocido a Daniel es, simplemente, que se puso a hacer los deberes esn plena calle, ante una banqueta que le sirve de mesa para apoyar su libro y buscando la mejor iluminación posible: la de un McDonald’s cercano. 
La imagen la captó en Cebú, Filipinas, una estudiante de Medicina, Joyce Gilos, quien la vio desde el autobús y la subió al Facebook, desde donde se compartió una y mil veces. La cadena ABS-CBN News decidió hacer eso para lo que ya casi no queda tiempo ni medios, periodismo, y se encargó de localizar al chaval. Encontraron una de esas historias que valen un mundo. Daniel vive con sus dos hermanos y su madre, Espinosa, –el padre murió– en un puesto de comida sin paredes, ya que perdieron su casa en un incendio. La vivienda sirve también como sustento, aunque escaso: solo ganan 80 pesos al día. Al cambio, no llega ni a dos euros.  
Pese al panorama, el niño insiste en ir al colegio, aunque tenga que ir sin comida y sin dinero. Quiere ser médico o policía, la profesión que había elegido su padre para él, y no le importa lo que tenga que luchar para conseguirlo. Por eso, todas las noches coge su banqueta y se pone a hacer los deberes en plena calle, con su único lápiz y a la luz del burguer. 
La parte buena de la noticia es que, después de que Daniel haya contado su historia, les han llegado un montón de ayudas: dinero en efectivo para que su madre pueda montar un negocio, material escolar, un uniforme y hasta una lámpara. Incluso hay un político local que quiere darle al crío una beca; confiemos en que la propuesta siga en pie tras las elecciones. 
Y todo esto, simplemente, por una foto y un par de reportajes. Estamos acostumbrados a ver a los niños en esta cadena de hamburgueserías, pero del lado de dentro y disfrutando de esos ‘happy meal’ con juguete. En este caso, a Daniel le tocó el mejor regalo que se podía encontrar bajo la luz de un McDonalds. 

A LA LUZ DEL MCDONALD’S

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