La envolvente de Sánchez

Después de la patética comparecencia de Torra anunciando elecciones sine die, acusando a ERC de deslealtad y erigiéndose en testador de la voluntad del Presidente del Gobierno, resultaba imposible pensar que nada había ocurrido.

Ayer por la mañana, el núcleo duro del Presidente; es decir Iván Redondo y Carmen Calvo se pensaron la respuesta que era de obligado cumplimiento darla después de que Torra que es ya un cadáver política lanzara la enésima y contradictoria ocurrencia. Se sabe de salida, la legislatura está agotada, ERC es un socio desleal, pero hay que aprobar unos presupuestos para luego convocar elecciones. ¿Aprobar presupuestos?. ¿Para qué?. Lo lógico es aprobarlos para gobernar, para ejecutarlos, no para meterlos en el congelador a la espera de un nuevo Gobierno. Todo una broma pesada y además arrogante al erigirse en testador de la auténtica voluntad del Presidente del Gobierno.

Torra y Sánchez, según Moncloa, hablarán de “Gloria”, de los baches en las carreteras, la listas de espera... de asuntos administrativos. Para que Torra no se crea lo que no es, Sánchez se va a reunir con Colau y la presidenta de la Diputación de Barcelona.

Resulta bastante increíble pensar que Moncloa; es decir, Sánchez, haya decidido aplazar la mesa de negociación hasta después de las elecciones, que pueden tardar meses en llegar, sin antes comunicárselo a ERC, socio indispensable para la legislatura. Sin embargo, ERC ha dicho que no sabía nada y califica la decisión de irresponsabilidad. Como en la política catalana nada es lo que parece ni nada de lo que es parece, está por ver si el enfado de ERC forma parte de la puesta en escena o es un enfado sincero. Lo que sí es seguro que la sangre no llegará al río y ERC no dará marcha atrás en su apoyo al PSOE y si el PSOE lo ve en riesgo, que nadie dude que desde Moncloa surgirá alguna carta novedosa, alguna envolvente como la organizada a Torra.

Por mucha envolvente que se haya ideado, por mucho que se haya tratado de difuminar, de dar bajonazo al encuentro con Torra, el Presidente del Gobierno de España no debería acudir al encuentro. Para hablar del Gloria, de la Sanidad, están los ministros y los consejeros y no el Presidente del Gobierno de España con un President autonómico desprovisto de su condición de diputado por desobediencia a la Administración por decisión de la Justicia.

Toda esta patética situación de Torra que en cualquier momento puede lanzar otra cabriola, deja en el trasfondo algo importante para la vida política española: mientras no haya sentencia más que firme ocurre poco o nada. Un cargo público que es nada mas y nada menos que el representante ordinario del Estado en la Comunidad Autónoma, condenado por desobediencia a la Administración puede seguir ostentando la presidencia de un Gobierno y el jefe del Ejecutivo del Reino de España no solo se reúne con él, sino que se desplaza de Madrid a Barcelona. ¡Lo nunca visto!

Hay un lógico debate jurídico pero aquí no se trata de una reflexión jurídica, sino de estética democrática y se crea un precedente muy importante. Hay que recordar cuántos investigados y solo investigados, han sido vapuleados política y socialmente. A cuántos se les ha condenado antes incluso de ser juzgados. A cuantos se les ha destrozado la vida antes de tiempo. Pues esto se ha acabado. Si Torra, con condena por desobediencia, se acepta en términos políticos que puede seguir siendo president porque “no hay sentencia firme”, hay que esperar que todos los políticos lo apunten en piedra para el futuro. 

La envolvente de Sánchez

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