¿Qué es de Ciudadanos?

Cada cual elige sus tiempos, diseña sus estrategias y se organiza como quiere o como puede. Ahí tenemos a Rajoy de viaje permanente por España, a Pedro Sánchez haciendo campaña nacional e internacional y a Pablo Iglesias abrazándose, a lágrima viva, con Anguita como rúbrica de su acuerdo con Alberto Garzón. Pero ¿y Ciudadanos? El partido presidido por Albert Rivera todavía apenas se ha lanzado a la arena electoral. Contrasta su escasa presencia con la actividad frenética que tuvo durante la fallida legislatura. Nunca cuarenta escaños dieron tanto de sí y acapararon tanto protagonismo. Quizás sea esa memoria reciente la que me haya llevado a preguntarme que es de Ciudadanos.
Como todos los partidos que tienen primarias, en esta ocasión, han pasado de ellas y los cambios en las candidaturas no han sido espectaculares aunque en el caso de Ciudadanos se hayan modificado varias cabeceras. Sabemos también que está en el ánimo de la dirección retocar alguno aspectos del programa que llevaron el 20-D con el propósito de evitar confusiones o interpretaciones no deseadas, que Rivera continúa siendo el gran activo electoral y poco más.
Ciudadanos espera que los electores premien su afán por el acuerdo. Las encuestas indican que se quedan donde están y no se detecta ni castigo ni un mayor entusiasmo que el que despertaron el 20-D. Con el tiempo iremos viendo por dónde encarrilan su discurso, que necesariamente no puede darse de bruces con los cuatro meses vividos, pero sí le va a resultar necesario distanciarse del acuerdo con el PSOE. No lo tiene difícil, ya que el propio PSOE lo ha dado por caducado el mismo día en el que se convocaron las elecciones.
Tras el 26-J, el papel de Ciudadanos puede ser relevante. Tiene razón Rivera cuando recuerda que los acuerdos van a ser necesarios y Ciudadanos tendrá mucho que decir en los mismos. Sus límites están claros: ni con independentistas ni con Iglesias, de manera que el tablero se repite y tendrá que ver como juega entre el PP y el PSOE que no tiene en sus previsiones colocar a Ciudadanos como un objetivo a batir. No lo tiene a efectos de discurso, pero en este suave giro de Sanchez hacia el centro se ve que el PSOE ha visto entre los electores de Ciudadanos un eventual nicho de votos. En cualquier caso, es obvio que el PSOE tiene “buen recuerdo” de la formación naranja.
No se puede decir lo mismo del PP, que de manera exagerada ya ha disparado más de un misil contra el partido de Rivera. El llamamiento que hizo en el Congreso a la sublevación interna del PP en contra de Rajoy ha quedado grabado en los populares que nunca imaginaron semejante estrategia, que fue bastante absurda. Ningún partido admitirá jamás que desde fuera se cuestione lo propio y menos cuando retrata del líder. 
Veremos si mantienen esta estrategia de vetos personales, que carecen de sentido. Lo que hay que negociar son propuestas con aquellos a los que los ciudadanos han revalidado con su voto y en este terreno Ciudadanos es garantía, mientras no se demuestre lo contrario, de que ni populistas ni independentistas tendrán su apoyo. Esta “garantía” es parte nuclear de su discurso. La gran diferencia para Ciudadanos entre el 20-D y el 26-J es que a lo largo de la fallida legislatura se han movido y mucho y en política cuando alguien se mueve surgen contradicciones. Para ningún partido el momento actual es el mismo que el anterior al 20D y para Ciudadanos menos que para ninguno. 

¿Qué es de Ciudadanos?

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