Pintan bastos en el empleo

Hace tan sólo unos días en esta columna, antes de que se conocieran los datos relativos a la evolución del mercado de trabajo en el mes de enero, intenté explicar con el caso comparativo de Alemania, el efecto perverso que iba a tener la subida en un 22,3 por ciento del salario mínimo inteprofesional (SMI). 
Los datos procedían de un informe publicado por Funcas, e hice también alusión a las predicciones del Banco de España y de la Airef sobre el mismo asunto. Desgraciadamente, los malos augurios se han confirmado. La entrada en vigor en enero de la subida del SMI ha afectado al empleo y, sobre todo, como dije, se ha cebado con los jóvenes.
El gobierno, al presentar los datos, ha negado cualquier relación entre el aumento brutal de las bajas en la Seguridad Social, más de 200.000, con el alza del SMI. Y, ciertamente, no toda la pérdida de empleo se debe a esa circunstancia. 
laro que enero es un mes tradicionalmente malo para el empleo. Se acaba una temporada con mucho gasto y muchos contratos en sectores como servicios, hostelería, comercio. Pero, este enero ha sido el peor de los últimos años, el más malo desde que se inició la recuperación del crecimiento en 2014. Y, además, lo preocupante es la tendencia, puesto que ya en el último trimestre, especialmente en diciembre, el empleo creado fue básicamente del sector público.
La negación de las evidencias suele ser una característica de los gobiernos. Siempre la oposición suele exagerar y aparecen los agoreros. Lo que pasa es que, los dos últimos gobiernos socialistas no sólo han negado la evidencia de que la economía entraba en fase de desaceleración y luego crisis, sino que las medidas que han tomado no lo han sido para intentar paliarla o corregirla, sino que han echado leña al fuego. 
Lo hizo Zapatero y ahora lo está haciendo Sánchez con medidas como el alza del SMI, subidas de cotizaciones e impuestos y gasto público excesivo. Un mes no hace primavera, quizás tampoco dos. Pero, ya se ve que pintan bastos y tanto en España como en los grandes países de Europa.

Pintan bastos en el empleo

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