El Gobierno consuma su error

El Consejo de Ministros aprobó ayer la subida del SMI a 950 euros netos por 14 pagas (1.470 euros brutos). Es obvio que no ha querido analizar los efectos que esta medida tuvo ya el año pasado en sectores como el agrícola o en los grupos de jóvenes, trabajadores con baja cualificación o en parados de larga duración. Se le ha dicho por activa y por pasiva, desde innumerables servicios de estudios y expertos, que la brutal subida el año pasado en un 22,3% iba a tener un impacto muy negativo en términos de pérdida de empleo, pero también de reducción de nuevas contrataciones. No sólo ha hecho oídos sordos a estas advertencias, una vez que se han conocido datos de 2019, sino que ha decidido volver a subirlo en un 5,5% para este año.

Los datos del INE referidos a la EPA del cuarto trimestre y al balance por tanto de todo 2019, ya mostraban una pérdida de 28.000 trabajadores del campo, 10.400 autónomos con algún asalariado a cargo, 15.400 autónomos del régimen general RETA y varios miles de empleadas de hogar. De hecho, de la lectura del Real Decreto por el que ayer quedó aprobado, con efecto retroactivo de 1 de enero, el aumento del SMI, queda evidente el reconocimiento por parte del Gobierno del efecto negativo que ha tenido en los trabajadores del campo. Supongo que no habrán querido ir más allá para que la realidad no les estropeara su historia. Recuerden que el Gobierno emplazó al Banco de España a pedir perdón por sus previsiones negativas sobre la subida del SMI de 2019.

Vamos a ver quien pide finalmente perdón a quien, aunque esto no sea lo importante. Lo grave es que, con una economía en clara desaceleración, con el consumo privado parado y la inversión empresarial en negativo, se toman medidas que agravan aún más la situación. Medidas que ya han tenido reflejo, y de forma sustancial, en los datos de paro y empleo del mes de enero, con cifras que nos retrotraen a años pasados.

El Gobierno consuma su error

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