La táctica del avestruz

Sas noticias se van atropellando día tras día, no se asimila una y la siguiente la sobrepasa con creces. La situación está afectando directamente al partido que sustenta con mayoría absoluta al Gobierno y, por tanto, al presidente Rajoy. Si los hechos de los que recibimos información continua crean en sí mismos alarma social, la negativa a comparecer ante los medios de comunicación la incrementa y ya no digamos ante el Parlamento que lo ha elegido. Es un hecho insólito.
En primer lugar no hay un relato alternativo al que se está conociendo por los medios  de comunicación y la única persona que está legitimada para dar explicaciones es el presidente. En segundo lugar es su obligación responder ante el Parlamento, sede de la soberanía popular, donde debe someterse a las preguntas de los grupos de la oposición. Blindarse en su mayoría absoluta para impedirlo es una mala decisión y una falta de respeto a las instituciones y a los ciudadanos. Argumentar como disculpa que ya dio explicaciones en febrero es tanto como asumir la mentira, ya que lo dicho antes y lo conocido en los últimos meses y, en concreto, las últimas semanas en nada se parece.
La decisión tomada por el partido socialista de presentar una moción de censura ante la negativa del grupo popular a la comparecencia, es la única alternativa, por dignidad democrática y respeto al Parlamento. Con gran sensatez lo explicaba Rubalcaba, que no aspira a que triunfe la moción ya que numéricamente es imposible, pero sí obligar con las armas constitucionales a que el presidente Rajoy tenga el coraje de debatir. Qué sencillo hubiera sido su comparecencia voluntaria e incluso dando un paso más,  sometiéndose a una moción de confianza  en aras de la verdad y la transparencia.
En un país deprimido por el paro, con una situación económica imposible de soportar y  escandalizado por las noticias que se suceden, pretender que pasen los hechos como una serpiente de verano sin dejar rastro es una tremenda irresponsabilidad. Pero la estrategia de quien es presidente de España en estos momentos siempre ha sido resistir, esconder la cabeza como el avestruz y esperar a que escampe el temporal. No dar la cara y hurtar el debate es también una inmensa cobardía que los ciudadanos no se merecen.

La táctica del avestruz

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