Beatriz contra Sestayo

Parafraseando el conocido aforismo bíblico, en el que David representa no solo la inocencia de la juventud sino, sobre todo, la claridad de espíritu, y Goliat la soberbia que caracteriza a quienes confían a la fuerza toda verdad, lo que sucede en el seno de la ejecutiva socialista ferrolana no tiene precedentes. Si Beatriz representa de algún modo –como la definió más de un político de su partido– “el futuro”, Sestayo puede semejar la antítesis una vez conocidas las duras críticas expuestas en la asamblea del partido en Ferrol para analizar el magro resultado de las elecciones municipales. Si Beatriz, en su fuero interno –porque no le falta la inteligencia–, con toda seguridad reconoce errores en el planteamiento de su candidatura, Sestayo opta por una lectura política muy al uso en este país, como es la de la negación, la de no reconocer culpa o responsabilidad alguna en unos hechos incuestionables y que han llevado al socialismo ferrolano a uno de los peores resultados de toda su historia. La dimisión de –ya– cuatro de los miembros de su ejecutiva no es a estas alturas una mera anécdota –y lo será menos si continúa el goteo– sustentada, como alega la secretaria general, en el revanchismo –que puede que algo haya también– por no ocupar estos últimos puestos de salida en la lista electoral y sí hacerlo independientes, en un intento de ofertar un perfil técnico y de gestión en aspectos como la economía o el urbanismo.
Dicen que el peor enemigo de Sestayo es, en cualquier caso, Sestayo, porque frente a lo que le dicta la moral y lo racional –como sería, en atención a su compromiso con la ciudad, abandonar su escaño en el Parlamento gallego–, le puede más lo mundano, contrario como es este último calificativo a la transigencia y el respeto, tanto por los demás como a uno mismo. Cierto es sin embargo que la respalda una asamblea general acorde con sus planteamientos, aunque a la vista está que la discordancia también existe mucho más allá de sus valoraciones y que la integración y cohesión, que esgrimió como elementos de fuerza en su intento por renovar una anquilosada, cuando no una permanentemente conspirativa vieja guardia socialista en la ciudad, no se dio ni siquiera en sus orígenes al quedar todo el grupo municipal automáticamente excluido de su proyecto, a pesar de la comprobada experiencia de muchos de sus integrantes en la actividad municipal. Negar en cualquier caso todas o alguna de estas realidades evoca en todo caso el agotamiento. 

Beatriz contra Sestayo

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