Más elecciones, más Coruña

El Gobierno de Pedro Sánchez, creado en tres días, se ha desmoronado en otros tres. Hace hoy una semana pedíamos en la calle elecciones. Fue un clamor, en Colón y en muchos rincones de toda España. También en María Pita. Tras el bochorno de fracasar con los Presupuestos, tras la traición de la Marea y los socialistas a la ciudad y de Galicia, el presidente toma el único camino posible: elecciones generales.
Acaba de esta forma la peor etapa de la Democracia en España. La de un narcisista que se ha dedicado a recorrer el mundo en el Falcon oficial y a doblar la espalda ante los secesionistas. Ni en el adiós ha tenido la decencia y la sensibilidad de buscar lo mejor para el país. Lo más lógico, lo más económico y lo más eficaz hubiese sido hacer coincidir las generales con la convocatoria del 26 de mayo. Pero no le viene bien. Sucumbe a la presión de sus barones que no quieren vincular sus designios a la suerte de Sánchez. Una vez más, y ya van tres, anteponiendo sus intereses al interés general. 
No importa. Aunque haya elegido escenario, armas y padrinos, en el Partido Popular estamos preparados para este duelo. Los populares de A Coruña sabemos lo que queremos y no nos va a despistar el ruido de fondo. Mientras otros están aprendiendo a gatear ─o ni siquiera─, nosotros tenemos mucho camino recorrido. Porque el trabajo no nos asusta. Y si es trapajo por Coruña, nos motiva.  
Nuestro horizonte es A Coruña. El fracaso de Sánchez en nueve meses es el fracaso de Xulio Ferreiro en cuatro años. Los experimentos fallidos del laboratorio de La Moncloa son los petardos que llevan estallando 45 meses en los sótanos de María Pita. En esta semana hemos asistido al fiasco de los presupuestos del uno y del otro. A los coruñeses todavía nos duele el alma por la afrenta de Sánchez a los gallegos y la de Ferreiro a sus vecinos.
Prometimos que nuestros diputados coruñeses no admitirían el atraco a la ciudad y a Galicia que pretendía Pedro Sánchez. No fuimos los únicos que lo prometimos, pero fuimos los únicos que cumplimos. Prometimos que no apoyaríamos el presupuesto de cartón de Xulio Ferreiro. También cumplimos. 
Se acabó el tiempo de las ocurrencias, en Coruña y se ha acabado también en  España. La decisión de Pedro Sánchez añade un nuevo escenario que refuerza mi ilusión por pelear sin descanso por esta apasionante ciudad. No cambia ni un milímetro el rumbo del barco que tengo el honor y la responsabilidad de patronear. Lo que quiero para Coruña es lo que quiero para mi comunidad y para mi país.
Quiero una ciudad limpia y coqueta. Quiero una ciudad saludable. Quiero una ciudad en la que haya oportunidades para todos. Una ciudad locomotora de Galicia. Una ciudad solidaria. Quiero un proyecto compartido con todos los que, como yo, se dejan seducir por esta ciudad. 
Y ahora quiero más Coruña. Quiero que, cuando me toque el turno, España se haya despertado ya de la pesadilla de estos nueve meses. Nuevos horizontes, nuevas ilusiones, el mismo objetivo. Seguimos a por todas. Seguimos imparables hacia una Coruña imparable.

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