Penamoa imparable

En esta larga precampaña cargada de protestas estoy experimentando el placer de poner encima de la mesa propuestas. Y lo estoy haciendo -lo estamos haciendo, yo no soy más que la cara visible de un magnífico e incansable equipo- bajo un método cuya eficacia es indiscutible. Lo hemos bautizado como el método de las “Cuatro Es”: escuchar, elaborar, explicar y ejecutar. La clave es implicar a todos los coruñeses en nuestro proyecto compartido. Desde que iniciamos este camino, allá por septiembre, esta hoja de ruta no nos ha dado más que satisfacciones. Hemos escuchado a mucha gente, hemos conocido a personas realmente interesantes y hemos descubierto que tras esas personas late un potencial que A Coruña no puede ni debe desperdiciar.
Dentro de este ensayo general de lo que será María Pita después del 26 de mayo, esta semana hemos presentado el proyecto de la Ciudad Deportiva de Penamoa. Ya lo habíamos hecho la pasada semana a los verdaderos padres de la idea: más de 80 clubes y entidades deportivas que en los “Encuentros de Ciudad” habían encendido el foco de sus necesidades. Dos hechos nos llenan de razones para seguir adelante: el “feedback” de los clubes y entidades deportivas, que han acogido la iniciativa con entusiasmo y esperanza, y el revuelo que se ha generado entre la guardia pretoriana de la Marea y agregados. Como en realidad en El Quijote no aparece tal expresión, tampoco seré yo quien responda aquello de “ladran, luego cabalgamos, amigo Sancho”. Pero…
Me quedo con el buen rollo de quienes comparten nuestra ilusión por transformar un pasado sórdido al que la ciudad trataba de darle la espalda en una futura bandera de la salud y el deporte, dos iconos de la Coruña que soñamos para nuestros hijos. No habrá de pasar mucho tiempo para que Penamoa deje de ser sinónimo de droga, delincuencia y marginalidad.
Nos proponemos desarrollar una ciudad deportiva dotada de un polideportivo multiusos con capacidad para 2.500 espectadores; un  centro de tecnificación y alto rendimiento; seis campos ─cuatro en Penamoa y dos en Bens─ dedicados al fútbol y al rugby; un módulo cubierto para atletismo, tenis y pádel; salas para tiro con arco, gimnasia, disciplinas de lucha…; una zona cubierta para skate, parkour y calistenia; canchas para chave y petanca, o un minigolf, entre otros.
Nos hemos informado. No es una ocurrencia parida en una tarde de cafés. Sabemos que se puede hacer. Sabemos lo que puede costar. Sabemos a qué puertas hay que llamar para financiarlo. Sabemos que moldear un proyecto de esta envergadura requiere muchas horas de trabajo, pero ya se las hemos echado y tenemos muy claro lo que queremos. Pasamos olímpicamente ─nivel barón de Coubertin─ de los troleros que decían que no se podía por la proximidad de la Refinería y que ahora dicen nosequé de unas leiras. ¡Qué no! ¡Qué la nueva Penamoa es imparable!
Es un proyecto importante, pero no es el único que incluiremos dentro de ese programa compartido que estamos dando a conocer. Ni siquiera es el único que pretende una Coruña mejor en el ámbito deportivo. Alto y claro. Sin ruido de fondo. Cabalgamos.

Penamoa imparable

Te puede interesar