La bofetada de Sánchez y Ferreiro

El estacazo era previsible, pero nadie había calculado que fuese tan humillante. El peaje que Pedro Sánchez tenía que pagar a todos los que lo sostienen en La Moncloa no auguraba nada bueno para la parte de España que cotiza en los terrenos de la estabilidad política. Pero la bofetada es de las que duelen. ¿Quién podía imaginar un titular tan matemático como denigrante? “67 euros menos para cada gallego y 93 más para cada catalán”. Son 160 euros que el Gobierno y sus cómplices nos sacan de la cartera a cada coruñés. Y en la nómina de los culpables de este ultraje está, mal que le pese, Xulio Ferreiro. Que nadie olvide, ante los incipientes postureos que se avecinan, que el Pablo Iglesias que se fotografiaba ufano estrechando la mano de Sánchez por estos presupuestos es el mismo que aterrizó en Palexco en la campaña de 2015 para encumbrar al hoy todavía alcalde.

Estos presupuestos son de Sánchez, sí. Pero también de  Ferreiro quien, con su apoyo a ese Gobierno, reduce a cero o a la mínima expresión asuntos tan cruciales para el futuro de A Coruña como el vial 18, la ampliación de Alfonso Molina, el Puente del Pasaje, la Cuarta Ronda, el tren a Punta Langosteira o la condonación de la deuda del Puerto Exterior, … Ahora, pueden ponerse estupendísimos en su papel de ofendidos, que nadie les va a quitar la mochila de su apoyo a la moción de censura y del sostenimiento de un Gobierno hecho de retales.

Aún sobresaltados por los peores presupuestos del Estado para los coruñeses,  supimos que los socialistas le retiran de momento el crédito del que la Marea Atlántica lleva viviendo desde 2015. La exaltación del postureo. Hasta en tres ocasiones el PSOE ha facilitado la aprobación de las cuentas municipales. El argumento de presupuesto poco social suena a excusa poco trabajada.

Pongamos las largas. ¿Alguien duda de que Marea Atlántica y PSOE reeditarán el pacto del 15 si lo necesitan? Sánchez es presidente gracias a los votos de Ferreiro, y Ferreiro es alcalde gracias a los votos de Sánchez. Solo falta decidir quién lleva la batuta. Ninguno contempla representar a una mayoría amplia de la cuidad. 

Por eso en el Partido Popular tenemos la hoja de ruta clara. Lo primero, ser inflexible ante el agravio y falta de respeto presupuestario. Lo segundo, comprender al detalle lo que está sucediendo y no dejarnos engañar por el falso postureo. Lo tercero, seguir trabajando en la construcción de la única alternativa real de mayoría amplia que garantice la estabilidad para nuestra Coruña. No hay más opciones: o nos sacudimos de encima los cuatro años de parálisis, o nos abocamos a cuatro más de sometimiento a la no gestión.

A Coruña sabe perdonar, pero no suele olvidar. La ciudad ha sido insultada dos veces en una semana y por los mismos, por el Gobierno socialista y su cómplice necesario de las mareas de Podemos. Por un lado, con el borrador de Presupuestos Generales del Estado. Y por otro, con la condena de los socialistas coruñeses a la parálisis absoluta de la ciudad al no apoyar ahora el presupuesto municipal, que año tras año habían venido legitimando sin condición. Hay elecciones en breve, y se nota.

La bofetada de Sánchez y Ferreiro

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