SIN SOLUCIONES PARA PENAMOA

El Plan Especial de Penamoa se las prometía muy felices. Se trataba de que los ocupantes de las chabolas pudieran rehacer sus vidas en viviendas normales. De ese modo, su integración en la sociedad y su alejamiento de las actividades ilegales sería más rápido. Esa era la teoría. Ahora, una pareja que optó por jugar sus cartas para conseguir una vida mejor se encuentra con una orden de desahucio por impago que se ejecutará, si alguien no lo remedia antes, en octubre. Sus rentas se limitaban a un subsidio pero, aún así, en aquellos momentos en los que había que hacer desaparecer Penamoa, algún técnico municipal dio el visto bueno para que se les concediera una hipoteca. Hoy en día se ha demostrado que no pueden hacer frente a los pagos. Y, además, no es el único fallo, tampoco han recibido los cursos prometidos. Una vez que salieron del poblado ya nadie se ocupa de ellos.