Recortes en las cámaras regionales

Diputado en los ratos libres. O diputado amateur. Esta es la figura que parece emerger si termina por salir adelante la propuesta de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, para que los parlamentarios de aquella comunidad no cobren sueldo como tales –sólo dietas por actividad y asistencia– y vivan de su profesión y no de la política. Cómo compaginar o conciliar una y otra actividad está por ver. Pero dice que hay que dar ejemplo de austeridad y que así sólo llegarían a la política quienes realmente quisieran servir a la vida pública.

También ha propuesto la señora De Cospedal una reducción sustancial del número de diputados regionales. Hace tan sólo un par de meses logró sacar adelante un incremento de los mismos (de 49 a 53). Pero ahora por razones económicas –la herencia recibida fue de las peores– quiere y reducir a la mitad la composición de la Cámara. Parece que, como al presidente Rajoy, a ella también la realidad de las cosas le ha hecho cambiar de ruta.

No obstante, habrá que decir que la presidenta de Castilla-La Mancha no es la única que se ha puesto a reconsiderar este tipo de cuestiones. Como se sabe, en ello andan también Esperanza Aguirre y nuestro presidente Núñez Feijóo, que mantiene su idea de reducir de 75 a 61 el número de diputados y de revisar ingresos de quienes compatibilizan tarea parlamentaria y trabajo profesional.

Es de suponer que en unas y otras reformas quedará a salvo un cierto número de parlamentarios con dedicación exclusiva; una especie de núcleo duro estable a lo largo de la legislatura para hacer frente con solvencia a toda esa labor de las Cámaras –ni pequeña ni fácil– que va mucho más allá de votar en las sesiones plenarias.

De todas formas, y no sólo por el más que complicado momento económico que se vive, lo que sí parece más que razonable es el replanteamiento de los Parlamentos autonómicos. Hoy por hoy las diecisiete Cámaras regionales cuentan en su conjunto con 1.218 representantes, con toda su parafernalia administrativa y política detrás.

Excesivo parece. Sin “perder democracia”, como teme el secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, los 135 diputados de Cataluña, los 129 de Madrid, los 109 de Andalucía o los casi 100 de Valencia bien podrían ser reducidos en número. Y en otras comunidades, más de lo mismo.

A la mejora de imagen habrán de contribuir también la pérdida de ciertos privilegios que los parlamentarios todavía conservan y la mejor percepción por parte de la opinión pública del trabajo que desarrollan.Tengo para mí que no hay imagen más demoledora que esos hemiciclos prácticamente vacíos que en no pocas ocasiones se nos muestran.

 

Recortes en las cámaras regionales

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