EL RECHAZO AL GRAN PACTO

La reacción de los socialistas ante el “triunfalismo” de Mariano Rajoy es la más lógica. Lo raro hubiera sido que aplaudiesen al presidente del Gobierno y celebrasen su política como si hubiese sido diseñada por las mejores cabezas del PSOE. Evidentemente, los populares habrían hecho lo mismo en el caso de ser ellos quienes estuviesen en la oposición y fuera Pedro Sánchez el jefe del Ejecutivo. Ahora bien, lo que ya no se puede considerar tan lógico es el enconado rechazo que muestran a la posibilidad de una gran coalición formada por ambos partidos. Desde luego, los resultados de las urnas serán los que en su momento digan si corresponde o no ese pacto, pero tender puentes previamente no está de más. Es verdad que un acuerdo semejante sería inusitado en España, pero en países como Alemania, cuya amplitud de miras democráticas está fuera de toda duda,  se han firmado muchas veces acuerdos entre los democristianos y los socialdemócratas, y, desde luego, no se puede decir que sus resultados hayan sido perjudiciales. Si la alternancia en el poder es buena, también lo es que los dos principales partidos –al menos hasta ahora– de un país se entiendan y lleguen a acuerdos en los que los intereses generales primen sobre cualesquiera otros. Esos pactos son la mejor muestra de la madurez democrática.

EL RECHAZO AL GRAN PACTO

Te puede interesar