LOS RADICALES TOMAN LA UNIVERSIDAD

La Universidad, que tenía que ser una institución abierta a las ideas, ha vuelto a tener que ceder antes quienes quieren imponer su pensamiento a los demás. Seguro que Garzón no se imaginaba ni en sus peores pesadillas que iba a tener que salir de un aula universitaria al grito de “fascista” y “torturador”. El que pasa por ser el juez de la progresía no lo es tanto para los radicales de izquierdas gallegos, que no le perdonan sus actuaciones pasadas en procesos como el que llevó contra Terra Lliure o “Egin”. Lo más triste es que el grupúsculo de vándalos consiguió imponer la dictadura de su intransigencia y el magistrado no pudo impartir ninguna de las dos charlas-coloquio previstas en Santiago.

LOS RADICALES TOMAN LA UNIVERSIDAD

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