OTRO PORTUGUÉS PARA EL DEPOR

Hacía ya bastante tiempo que quería hablar sobre un Deportivo que se cae y que no tiene pinta de volver. No trato de subirme al carro de las desgracias que asolan al club blanquiazul, que se ve inmerso en situaciones muy complicadas, tanto deportivas como económicas. Con la marcha de José Luis Oltra se abre un nuevo tiempo. Queda por ver si este es el camino correcto o, por el contrario, no arreglamos nada. Este equipo necesita ideas nuevas, otra actitud, otra forma de ver el fútbol.

Oltra, es mi impresión, no supo reaccionar. Acudir a Riazor supone mucho desconsuelo y exceso de conformismo a la espera de un golpe de gracia para sumar los tres puntos. El Deportivo no es el último de la fila por casualidad. Sí, es cierto que marca goles, 21 en 17 partidos disputados. Pero no han valido para nada. Su punto negro está en la zaga, con la escalofriante cifra de 39 goles encajados. Y aquí sí que hay un problemón.

Con solo dos partidos ganados, el último ante el Mallorca en Riazor (1-0), la pólvora se convirtió en barro. Y ahora, para intentar arreglar el entuerto, llega Domingos Paciencia. Otro portugués. Y no lo digo en un tono despectivo. Poco o nada se conoce de él. Sí que fue destituido en el Sporting de Lisboa en febrero de 2012 y que llevó a la final de la Europa League al Sporting Braga. Su tarea se presenta complicada. Hay que despertar a los jugadores. Cambiar el chip. Recuperar la imagen de un club y una afición que se ha ganado a pulso la admiración y respeto de un país tras los éxitos de aquel Superdepor espectacular que quién sabe si algún día reviviremos.

Y si el tema deportivo está caliente, el económico, apaga y vámonos. Me viene a la mente aquel título de Liga de la temporada 1999-2000. Eran tiempos de vino y rosas. Nadie se preocupaba de la crisis. El euro todavía no nos amargaba la existencia. Eran los tiempos felices de un pletórico e ilusionado Augusto César Lendoiro después de llegar al club en 1987. Pero los sueños no son eternos y también cambian. Y ahora, el Deportivo, asfixiado por las deudas, agoniza económicamente a la espera de que esta temible tormenta se debilite y acabe convirtiéndose en un simple resacón. Mañana ante el Málaga se pueden despejar muchas dudas.

OTRO PORTUGUÉS PARA EL DEPOR

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