OTRO GOLPE A LOS MARISCADORES

Por si los furtivos no habían dañado ya suficientemente los intereses de los mariscadores –los bancos de cría están esquilmados–, el inicio del nuevo período de capturas no ha podido ser peor, ya que la presencia de una toxina diarreica ha obligado a cerrar la ría. Los integrantes del colectivo de a pie disponían de cinco días para extraer marisco y, aunque sus esperanzas de conseguir un buen resultado eran pocas, confiaban en que al menos sería mejor que a principios de mes, cuando su trabajo les reportó la exigua cantidad de 200 euros. Sin embargo, todo apunta a que ni siquiera llegarán a ese dinero, puesto que hasta el martes no se conocerán los datos de los análisis técnicos y, por lo tanto, no se podrá determinar hasta ese día cuándo se les permitirá volver a faenar. El presente no es desde luego nada halagüeño para un sector tan importante en la economía coruñesa.

OTRO GOLPE A LOS MARISCADORES

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