UN OTOÑO DE REFORMAS

La prometida reforma de Federico Tapia está a punto de empezar; lo mismo ocurre con la instalación de escaleras mecánicas en Maestro Clavet... la lista podría seguir ampliándose, pero no tiene sentido hacerlo. Esas pinceladas bastan para reflejar que las obras vuelven a las calles con el otoño. En algunos casos se tratará de ejecutar proyectos muy necesarios; otros, en cambio, no son tan perentorios, pero quizá sea mejor hacerlos coincidir en el tiempo para evitar una cadena de vías públicas levantadas, que acaba siendo mucho más molesta para los ciudadanos.
Ahora bien, ese cúmulo de obras, a las que hay que añadir las que ya están en curso, como, por ejemplo, la reforma de La Marina o la construcción de la Tercera Ronda, originarán los lógicos problemas de tráfico. Unos problemas que podrían agravarse si se confirman las previsiones de los meteorólogos y el otoño resulta lluvioso. No le quedará, por lo tanto, más remedio a los conductores que armarse de paciencia para sobrellevar de la mejor manera posible los atascos.
Pero el esfuerzo que se exigirá a los automovilistas deberá ir acompañado por el de los policías locales. No se trata de que cierren los ojos a las posibles infracciones, sino de que intensifiquen la vigilancia para evitar, por ejemplo, el abuso de la doble fila, que, si ya es rechazable en condiciones normales, resulta intolerable cuando coinciden en el tiempo muchas obras.