ORTEGA: OPERACIONES INMOBILIARIAS

Dicen determinados periódicos que cuando a Amancio Ortega le ofrecen negocios distintos a lo que le es propio, acostumbra a contestar: “A mí lo que me gusta es el trapo”. En otras ocasiones da largas: “Deja que lo comente con mi gente”. Pero de un tiempo a esta parte se aplica también en las inversiones. Y de qué modo.

Pero tuvo su tendón de Aquiles: fracasó en la adquisición de Unión Fenosa, que le “birló” Florentino Pérez, que, a su vez, vendió a Gas Natural. Pero Ortega, inasequible al desaliento, entró como un kamikaze en el negocio inmobiliario: está comprando edificios singulares y bien ubicados en las principales capitales. Por ejemplo, Madrid y Barcelona y también en Galicia. Por medio de Pontegadea Inversiones, adquirió la Torre Picasso en Madrid, la tienda de Apple en Barcelona o la sede del BBVA también en Barcelona, por 100 millones.

Tiene también activos en USA, Reino Unido, Francia e Italia. Ya en 2007 había comprado 10 edificios al Banco Santander por 500 millones. Un año más tarde se hizo con 40 inmuebles de Caixa Galicia, con un desembolso de 250 millones. Es propietario, asimismo, de varios establecimientos de la cadena hotelera NH, que sigue gestionado el negocio.

En 2011 compró la aludida Torre Picasso que le costó 400 millones, una ganga, según los expertos. ¿Cuál es la estrategia de este genio de grandioso talento natural? Es sencillo: compra los inmuebles y mantiene en alquiler a sus inquilinos, entre ellos las propias empresas que se los han vendido. También tiene edificios en promoción. En ellos la garantía es el propio inmueble y va destinado a clientes solventes. De manera excepcional, algunos edificios de Pontegadea se los alquila a Inditex para usufructo de las marcas del grupo, como acontece en varios de la “milla de oro” en la madrileña calle de Serrano.

Pero esta tercera fortuna del “mundo mundial”, no se olvida de los más necesitados y a través de la Fundación Amancio Ortega destina cantidades de dinero al altruismo y a la beneficencia.