MENTIRAS NUEVAS

Hemos charlado con el adalid de Unión Coruñesa que nos ha dicho, entre otros términos, que uno de los objetivos de la candidatura de Unión Coruñesa en estas elecciones autonómicas, es el de filtrar y analizar las propuestas de los grandes partidos que hagan en referencia a nuestra ciudad y su comarca.

Por ello anima al PP y al PSOE a que “se dispongan a contar mentiras nuevas, pues tienen en su haber una amplia colección de mentiras y promesas incumplidas, que cuentan ya con decenios en sus programas”. Por vía de ejemplo, les sugieren que renuncien a prometer la cooficialidad del topónimo, la ampliación del aeropuerto de Alvedro, la conexión de los accesos del aeropuerto con la A-6, la regeneración de la ría de O Burgo, la residencia universitaria para La Coruña, el metro ligero, la llegada del AVE a la ciudad, la finalización de la Tercera Ronda, el apoyo al pequeño comercio, el ciclo completo de la Facultad de Medicina, la intermodal, la puesta en marcha de las dependencias de justicia en la Fábrica de Tabacos, la puesta en marcha del Circe, etc., etc., etc. Renunciar al engaño a los coruñeses renovando eternamente en sus programas estos incumplimientos, sería un acto de higiene democrática, pero sobre todo sería una demostración de respeto a los ciudadanos, hartos de mentiras y cansados de ofensas a su inteligencia.

Por el contrario, exigen una explicación para todos los coruñeses sobre la verdad de lo sucedido con la “eufemística fusión de cajas gallegas”, que se ha saldado con la desaparición de ambas, sin que, a fecha de hoy, los ciudadanos hayan recibido justificación alguna sobre la desaparición de sus entidades financieras.

Unión Coruñesa, dice su líder, está a disposición del resto de fuerzas políticas para debatir sobre las ofertas que planteen en sus distintos programas y pide a los ciudadanos que valoren las ofertas en función de los hechos y las obras realizadas y no en base a las promesas electorales que ya han incumplido hasta la saciedad.

Pero que ningún coruñés se asuste: incumplir el 90% de lo prometido en campaña electoral es la moneda de cambio de la mayoría de los partidos. Y, bien mirado, si el presidente del Gobierno de España ha incumplido la práctica totalidad de sus promesas electorales, ¿qué no podrán hacer sus epígonos y discípulos, en medida más modesta?