Mentiras de calidad

“Queremos mentiras con más calidad”, dice una pintada callejera en clara alusión a la campaña electoral en la que partidos y candidatos vuelven a banalizar los mensajes en una carrera de simplezas, descalificaciones –alguno dedica más tiempo a atacar al rival que a exponer su programa– y promesas que despiertan poco entusiasmo en el electorado, pero suscitan muchas preguntas.

Por ejemplo, para el candidato del Partido Popular la pregunta del millón. Después de una legislatura de ajustes y recortes, que se pueden calificar de razonablemente soportables –menos traumáticos que los que están sufriendo en otras comunidades autónomas–, necesitamos creer que la próxima será la legislatura del crecimiento, pero ¿en qué fundamenta su promesa, qué avales y datos la respaldan?.

Por su parte, el candidato socialista promete que aumentará los impuestos a los ricos y a la banca pera sostener la educación –libros de texto incluidos–, la sanidad universal y gratuita y los servicios sociales. La pregunta es ¿quiénes son los ricos?, ¿a partir de qué nivel de ingresos o de patrimonio se puede considerar que un gallego es rico y qué cantidad se recaudará con ese impuesto nuevo, que va a “sostener” el estado de bienestar? Cabe preguntar también qué recursos aportará el impuesto a la banca y si es consciente de que, al final, serán los clientes de las entidades financieras quienes acaben pagándolo. Una pregunta más, ¿de dónde saldrán los 150 millones para el dique flotante de Ferrol?

Por lo que respecta al candidato del BNG, autodeterminación aparte, dos cuestiones. Dice que hay que frenar a la derecha y acabar con la política de ajustes y recortes. Si llega al gobierno, ¿cómo armonizará las políticas expansivas de gasto con las exigencias de Bruselas que “impone” el equilibrio presupuestario para estar en la Unión Europea? Sobre la banca pública con red comercial, ¿con qué modelo de gestión? ¿Cree que los gallegos confiarían sus ahorros a una entidad controlada por los políticos después del papel que desempeñaron en la desaparición de las cajas?

Es muy fácil hacer política económica, sanitaria, educativa o asistencial desde un atril y ante un público adicto y devoto. Pero deberían ser más realistas y respetuosos y, antes de lanzar promesas al aire, ponerse en el lugar de la gente corriente que es comprensiva y tolerante, pero ni es tonta ni está para perder el tiempo escuchando tonterías o promesas utópicas.

 

Mentiras de calidad

Te puede interesar