MENOS VEHÍCULOS OFICIALES

Es evidente que el presidente de la Xunta creó escuela en la renuncia de los responsables de las administraciones a los coches oficiales, algo absolutamente impensable hace apenas unos años. Tras su llegada a San Caetano y la polémica creada por la subasta de los ya archifamosos audis, han sido unos cuantos los que han seguido el ejemplo. Uno de ellos fue el alcalde coruñés, Carlos Negreira, quien, yendo un poquito más allá, renunció a todos los coches del Ayuntamiento y desde ese día se desplaza a los actos públicos en taxi. A medio camino queda la Diputación, que deja un reducido número de coches oficiales (cinco) y prescinde de la mayoría (13). Eso sí, en lugar de montar un mercadillo con tanto vehículo de alta gama los usados se cederán de modo altruista a asociaciones que los puedan necesitar y, así, que cumplan con su objetivo prioritario: servir al pueblo.

 

MENOS VEHÍCULOS OFICIALES

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