LA ACTITUD DE OLIVEIRA

Las disculpas presentadas ayer por Nélson Oliveira deberían servir para dejar en el olvido sus lamentables gestos tras el gol que le marcó al Espanyol. Pedir perdón no es fácil, por eso se puede considerar que hacerlo engrandece tanto a quien lo solicita como a quien lo concede. Y en este caso hay que tener presente que a quien ofendió el portugués no fue solo a la afición sino también al Deportivo, que se encarna precisamente en los miles de hinchas que en cada jornada acuden a Riazor. Además, las disputas entre los jugadores y la grada es lo que menos conviene cuando el equipo se enfrenta a un reto tan importante como el de lograr la permanencia.

LA ACTITUD DE OLIVEIRA

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