Resulta incomprensible el empecinamiento de unos cuantos en saltarse las advertencias y las normas. Pese a que esta misma semana se celebraba el aniversario de la muerte de tres agentes que se ahogaron al intentar socorrer a un estudiante, numerosas personas desoyeron ayer la prohibición de bajar a los arenales y la Policía Local tuvo incluso que sacar a algunos bañistas que se habían adentrado en las embravecidas aguas. Menos mal que todas las medidas preventivas sirvieron para que no haya que lamentar daños personales.