FUSIÓN EXPRÉS

La estructura municipal española está obsoleta y se corresponde más a la realidad del siglo XIX que a la actual. Por eso, bienvenida sea la intención anunciada por Núñez Feijóo de ir hacia un escenario racional, recurriendo a la fusión de ayuntamientos cuando estos sean inviables. Sin embargo, al margen de la oportunidad política de hacer el anuncio y la foto en el fragor del debate del estado de la autonomía, no debe frivolizarse con este asunto.

Cualquier medida que se adopte no puede improvisarse ni dejarse únicamente al libre albedrío de los alcaldes de turno. Debe existir una planificación sosegada, que analice caso por caso en función de un objetivo global. Y éste no puede ser otro que la implantación de un nuevo modelo territorial viable económicamente, que garantice los servicios a los ciudadanos, vivan donde vivan. Pero eso no pasa únicamente por las fusiones. También deben explorarse otras vías como las que impulsa la Diputación de Pontevedra.

Así, el contrato único de suministro eléctrico promovido por esta institución, ha supuesto que cuarenta concellos hayan ahorrado ya un veinte por ciento en el recibo de la luz. Es únicamente un primer paso. Vendrán más. El organismo provincial está trabajando en un proyecto para que los municipios mancomunen la recogida de basuras. Son unas medidas muy positivas y en esa línea hay que seguir. Además, la gestión conjunta puede servir como ejercicio para avanzar hacia esas fusiones tan necesarias, pero de un modo menos traumático. Porque no nos olvidemos de que en este asunto también pesa el recelo de la población a perder su identidad.