Esas damas del Partido Popular

Hay tres señoras del Partido Popular que –sin querer, me consta– le están moviendo la silla constantemente al “coitado” Mariano Rajoy. A saber: la Cospedal, la Báñez y la Mato.
Vamos por partes. La Cospedal tuvo que envainarla con las urgencias nocturnas de Castilla-La Mancha, comunidad que está convirtiendo en un auténtico Campo de Agramante. Además Bárcenas le llama de todo menos bonita y ella dijo que a Bárcenas se dio –y ello fue en 2012– una “indemnización en diferido”, nueva figura del Derecho Laboral. La misma señora ha motejado de “nazismo puro” las protestas de los afectados ante domicilios de gerifaltes. Y, como guinda al postre, concretó que los peperos se aprietan el cinturón, pero pagan las hipotecas.
Ya ven: el resto de los españoles, no. El resto de los españoles, a tomar por donde se enhebran las agujas. Con amigas como Cospedal, el inefable Rajoy no necesita enemigos. ¿Y la Báñez? ¡Oh!, la Báñez, que tanto me recuerda a Carlos II el Hechizado, en retrato de Coello, ha motejado la emigración sangrante de los jóvenes españolitos actuales como “movilidad exterior”. Y ni siquiera se ha puesto colorada de vergüenza. Lo repito: esta inerme señora no merece ni tan siquiera formar parte del Gobierno Municipal del Ayuntamiento de La Coruña.  De un plumazo semántico ha despachado el tremendo drama de la emigración juvenil española.
Yo creo que Rajoy la mantiene en el Gobierno porque nuestro paisano  tiene algo de masoquista. De otra forma, no se entiende. Esta señora es la versión femenina del metepatas ministro de Hacienda, señor Montoro, que cada vez que abre la boca, sube el pan. Y cierra la trilogía la todavía ministra de Sanidad, la señora Mato, de profesión, sus fiestas de cumpleaños y, por lo que se ve, en sus horas libres, también ministra. Esta especie de “viuda del vivo”, como decimos en Galicia, va camino de dejar la sanidad española tal y como quedó, por ejemplo, Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial.
Siga por estos caminos y con dichas compañías políticas, señor Rajoy.