ENGAÑO, ESTAFA, MALA FE...

Ahorradores, engaño, estafa, mala fe… son algunos de los términos utilizados por los responsables financieros y políticos de nuestro país y del resto de Europa cuando se refieren al daño que le ocasionaron a las familias afectadas por las participaciones preferentes y subordinadas y que mantienen en vilo a miles de ahorradores en todo el país. No obstante, y a pesar de todo, nadie parece hacer nada positivo en busca de alguna solución, a no ser el intentar que muchos de esos ahorradores lleguen a perder más de la mitad de su dinero, a través de las famosas “quitas”, conseguido con el sudor de su frente a lo largo de muchos años de actividad laboral.
Ya está bien de tanta irresponsabilidad política y de la prepotencia esgrimida por parte de muchas entidades financieras, principalmente de las antiguas cajas de ahorros, que ahora tratan de ocultar su responsabilidad alegando “desconocimiento” sobre la indefensión que generarían los productos tóxicos que ofrecían (colocaban de manera inconsciente) a sus clientes habituales y más preferentes.
Lo único que quieren las familias es su dinero y si lo recuperan ya prefieren, muchas de ellas, olvidarse de las responsabilidades civiles y penales de los consejeros de administración de esas entidades, de las que tendrán que responder a través de varias demandas colectivas que se tienen presentadas ante los órganos judiciales correspondientes por parte de varias entidades sociales.

ENGAÑO, ESTAFA, MALA FE...

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