EL “PRESTIGE” Y LOS ABOGADOS

Ya hace más de 10 años que el “Prestige” se partió en dos. Pues bien, digo: pues mal. El caso aún está pendiente de resolución judicial. Amén del desastre ecológico que casi arruina las costas gallegas y el gasto que supuso recuperar las zonas dañadas, todo lo cual significó un montante por encima de los 800 millones, bueno pues “ainda por riba”, tres gobiernos se han gastado ya 31 millones en la contratación de bufetes de abogados yanquis y en la reclamación de una indemnización a la empresa clasificadora del buque, ABS. Tal ha sido reconocido por el Ejecutivo en respuesta al diputado de IU Gaspar Llamazares.

Así los ejecutivos españoles entre 2003 y 2012 han abonado a los despachos norteamericanos Holland and Knight y Squirer Sanders nada menos que 30.925.500 euros, que pagamos usted y yo, querido lector.

Sin embargo, todas sus demandas han sido rechazadas. En 2012, el Gobierno desestimó recurrir a la última instancia posible: el Supremo de EEUU. España reclamó a ABS 650 millones de dólares por haber clasificado “navegable” un barco que no lo era. En 2004 amplió la demanda a 1.000 millones de dólares. Todo resultó infructuoso. En agosto de 2012, el Tribunal de Apelaciones de EEUU dictó sentencia: desestimando el recurso de apelación de España. En consecuencia, no había otra posibilidad que pedir a este tribunal que reconsidere su decisión, o realizar una petición de examen al Supremo de EEUU. En ese momento, el Gobierno decidió no continuar esta vía para evitar costes adicionales, según explicó el Gobierno al grupo parlamentario La Izquierda Plural. Además de los bufetes yanquis, han trabajado en el caso las Abogacías del Estado de La Coruña y del Ministerio de Fomento y la Subdirección General de los Servicios Contenciosos.

Al parecer, el Ejecutivo no ha estimado el coste de estos trabajos, ya que ha hecho frente con sus medios ordinarios, que salen, como siempre, de Juan Pueblo. Total: más de 30 millones en abogados y todas las demandas de España han sido rechazadas por los yanquis. Seguimos yendo de culo.

EL “PRESTIGE” Y LOS ABOGADOS

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