Las 23 nuevas imputaciones acordadas por la instructora del caso “Zeta” son la confirmación de que aún hay mucho que aclarar con relación a la trama de los cursos de formación. La presencia de tres exaltos cargos de la Xunta – Odilo Martiñá, Alberto Álvarez Freijido y Joaquín Vila Sampaio– entre esa veintena larga de personas a quienes la jueza ha incorporado al sumario invita a pensar que la red que supuestamente dirigía Gerardo Crespo se había movido con mucha habilidad para llegar a las alturas y conseguir así el mayor beneficio posible. Que ninguno de los tres ocupe ya un puesto de relevancia en la Consellería de Traballo e Besnestar supone un alivio, tanto porque su marcha eliminó “el peligro de contagio”, como porque “la infección” ha servido para intensificar los controles y que no se repita el fraude. No obstante, la investigación continúa adelante y no se puede descartar que la lista de imputados siga creciendo y que incluso se incorporen a ella nombres sorprendentes. Hay que dar tiempo al tiempo y dejar trabajar a la jueza, que lo está haciendo con una discreción modélica, de la que deberían tomar ejemplo los políticos y renunciar al “y tú más” al que recurren un día tras otro para utilizar la operación “Zeta” como un arma con la que golpear al rival.