CARÁCTER Y SANTIDAD

Ainicio de año un joven de Verín con antecedentes penales y penosa economía roba del interior de la iglesia de Santa María de Soutochao, ayuntamiento de Vilardevós, una humilde talla de San Pedro. Copia de otra de madera sustraída con anterioridad. El párroco denuncia el robo ante la Guardia Civil y el santo pone el asunto en manos de Moisés, a juzgar por la concatenación de infortunios sufridos por el ladrón. Resultado, a los pocos meses esta persona abandona la imagen y se entrega tras haber perdido en dos meses: el vehículo en un accidente, a la novia en una desavenencia, el trabajo y dos tendones en un incidente.

En Santiago de Compostela, otro santo, catedralicio este, y patrón de las Españas, Santiago “mata moros”, para más señas, consiente sin gesto de justicia ni atisbo de venganza que el “chispas” de la catedral no conforme con, supuestamente, expoliar cepillos y otros objetos por valor de cientos de miles de euros, se lleve tan impune como cierto el Códice Calixtino, so pretexto de hacer sufrir al deán por negarle la cuantiosa indemnización que exigía

Las comparaciones son odiosas, lo sé, también lo tornadizo del ánimo de los santos, se ve que el de Soutochao no estaba de humor, pero no me negarán que entre un hecho y el otro media un abismo, que no hay proporcionalidad, que uno en su idiocia se llevó un imagen de escayola y el otro en su avaricia iba camino de recrear la catedral en su pisito de Milladoiro.

CARÁCTER Y SANTIDAD

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