Batiendo récords

Hoy, fiesta del trabajo, es un día triste para los 6,2 millones de parados –287.400 en Galicia–, muchos de ellos expulsados del mercado laboral para siempre; es un día triste para más de la mitad de los jóvenes que peregrinan con currículos brillantes de empresa en empresa y no encuentra un empleo; y es un día muy triste en los casi dos millones de hogares –93.000 en Galicia– que tienen a todos sus miembros en paro.
Los datos de la Encuesta de Población Activa baten todos los récords desde que tenemos este análisis trimestral y tienen por sí solos más fuerza expresiva que los calificativos más tenebrosos.    
Hace cuatro años la vicepresidenta Salgado afirmaba que “España no llegará a los cinco millones de parados” y ya vamos camino de los siete. Una sangría que no supo cortar ningún gobierno, lo que significa que, o el problema no tiene solución –y en otros países la tiene–, o esta se busca por caminos equivocados. Y todo indica que la solución se busca de forma equivoca.
Una de las equivocaciones radica en las políticas de austeridad. Está bien combatir el déficit, pero no se entiende que quienes gobiernan no quieran ver –y hacer ver en Bruselas y Berlín– lo que la gente común comenta en la calle: que la austeridad agrava la recesión, impide el crecimiento, destruye el empleo y acaba con el consumo. Una familia que se queda sin ingresos lo que necesita con urgencia es un empleo, no un plan de austeridad, y ya va siendo hora de que los gobernantes vean que lo que necesita la numerosa “familia española” es trabajo para que la economía recobre su dinamismo.
Las contundentes cifras de la EPA deberían tener el mismo efecto que las campanas cuando “tocaban a rebato”: convocar a todos –gobiernos, oposición, sindicatos, empresarios, bancos y demás agentes sociales– a una magna reunión sin más orden del día que no levantarse de la mesa hasta encontrar medidas, no solo para combatir el paro, sino también para mantener los empleos. Solo en el último trimestre se perdieron 237.400.
Entre todos se podría revertir la situación. Pero, tras el último Consejo de Ministros, parece que el Gobierno se rinde, impotente ante el drama del paro, y la oposición anda escasa de ideas e iniciativas. La consecuencia es que un 25 por ciento de los españoles en edad de trabajar, la cuarta parte de la población activa, seguirá en el paro al menos durante los próximos cuatro años. ¿Puede aguantarlo el país?

Batiendo récords

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