BARCOS SIN HONRA

No me extraña que los abogados de Bárcenas dieran la espantada al ver el ganado que se les venía encima. Aquello del “dejadme solo” que decía el novillero no es para ellos.
Y es que, tal vez, unos tribunales Supremo y Constitucional, así como un Consejo General del Poder Judicial y un fiscal general, que no resultan nada asépticos, políticamente hablando, son para acojonarse.
Las nuevas estrellas del caso Bárcenas tampoco son moco de pavo, aunque su fulgor decaiga a cada información que cae.
Pero más importante que un golpe de Estado judicial, es depurar la democracia de quinquis que vivían por encima de nuestras posibilidades, y nos dieron estopa como si la culpa del deterioro del país fuera nuestra y no de los bancos.
No olvidemos tampoco a esos constructores del bienestar (el suyo), repartiendo comisiones a la diestra del Partido Popular, para subvencionar a sus amigos del alma. “Vale más honra sin barcos, que barcos sin honra”, que dijo el gallego Casto Méndez Núñez.

BARCOS SIN HONRA

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