AQUEL NEGRITO DEL ÁFRICA TROPICAL

Dicen los franceses que nos espera el verano más frío y húmedo desde finales del siglo XIX. Oído esto, todo el mundo se echa a temblar. ¡Porco Goberno!
Pero tranquilos. Los franceses cuando hablan de algo, lo hacen única y exclusivamente sobre lo que a ellos les atañe (es lo que tiene la “grandeur”), así que ese verano polar lo padecerán exclusiva y únicamente ellos. ¡Ah, pero no! rebate uno: dicen que el mal tiempo afecta a toda la franja atlántica. Así que Galicia tendrá la temida prolongación de su invierno de diez meses.
Paparruchas. Galicia es África. Lo saben bien los gabachos. Aquí fai un sol de carallo. O hace un sol del carajo, corrige Galicia Pilingui. Qué mística ni qué viaje interior ni qué niño muerto. El Camino de Santiago es el antecesor del “París-Dakar” para pijos hambrientos de aventura. Y nosotros somos los subsaharianos. Es mentira que Compostela sea la segunda ciudad más lluviosa de Europa. Maledicencias. Vilagarcía cae por Nuatchok y Vigo, como siempre, se las tiene tiesas con Tombuctú. Somos el límite norte de las palmeras. Así que haya paz, nuestra dosis externa para la melanina está asegurada. Cierto es que el tiempo que hemos tenido hasta ahora no lo recuerdan los más viejos del lugar, según se dice. Pero ello no fue óbice para que los gallegos se entregasen con fervor a sus bienqueridas tradiciones. Hubo Feria de Abril por centros comerciales y zonas de diversión y una feria caballar por donde el Deportivo se entrena, ocasión ideal para desempolvar chaquetillas, zahones, sombrerillos cordobeses y faralaes, y hasta cuentan que hubo una romería del Rocío por las mismas marismas de Cerceda. De qué nos quejamos. Aún así, Meteogalicia vaticina que tendremos un verano comme il faut. Así que todos morenos. Muy morenos. Como chamizos. Y si no, de lámpara. Somos los negritos del África tropical. Pero lejos del aura épica zulú.
Galicia ha sido poco dada a la epopeya. Si acaso algunos episodios. El Medulio, los Irmandiños, el “Xurelo” al ataque en la Fosa Atlántica, los ancianos de As Encrobas y poco más. Los primeros nunca se supo en dónde cayeron, los segundos se volvieron a sus casas con una victoriosa derrota, al tercero le vaciaron el plutonio delante de sus narices y a los cuartos les echaron de sus casas a picoletos mamporros para montarles un cráter y plantarles una térmica. Luego –o antes– hubo refinerías, ences, reganosas, canteras y puertos exteriores. En qué va a ser esto distinto. Miles de voces saldrán mañana para gritar una vez más NO a la minería salvaje. Que el buen Lugh les bendiga.  Pero los dados están echados. Todo está decidido. Los negreros esperan. Los reyezuelos han recibido de bwana las cuentas de vidrio y han puesto a trabajar a los jefes de tribu. Somos los negritos del África tropical que cultivando cantaban la canción del colocao... en la mina de Corcoesto.

AQUEL NEGRITO DEL ÁFRICA TROPICAL

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