¿Qué pretende el FMI?

Nuestra capacidad de asombro no tiene límite y cada día supera con creces al anterior. Que el intocable FMI reconozca y asuma con rotundidad su fracaso al imponer sus recetas de austeridad es de agradecer pero que sigan en sus puestos ¡Clama al cielo¡ No hace falta ser un experto para ver que las políticas de austeridad aplicadas con tanto rigor cierran todas las expectativas de crecimiento. Recortando salarios y pensiones arbitrariamente, subiendo impuestos sin progresividad dejando a millones de personas sin empleo y eliminando coberturas sociales, entramos en la espiral diabólica hacia la pobreza más infinita.

Es cierto que algunos expertos advirtieron de la catástrofe pero muchos dirigentes estatales y autonómicos hicieron oídos sordos, esa política de austeridad ajena no les disgustaba y la están aplicando incluso como medida ejemplar. La doctrina del miedo justificada como que no hay otra alternativa es el único razonamiento al sin sentido que nos toca vivir.

La teoría inicial del FMI de que por cada euro recortado solo se destruiría medio euro se ha hecho añicos, su informe ya reconoce que se ha multiplicado por tres, y por lo que ya se ha destruido como mínimo euro y medio. Esa es una de las consecuencias de que en nuestro país una de cuatro personas esté cayendo en el pozo de la miseria y se lleve por delante a generaciones de jóvenes sin futuro, no olvidemos que la tasa de paro juvenil está rozando el 58%. Es un drama que nuestra juventud especialmente formada tenga que emigrar y nuevamente España se queda sin sus mejores talentos y con una población cada vez más envejecida. Pronto conoceremos los datos de la EPA del pasado año y desgraciadamente superará los seis millones de desempleados. Es ya una caída sin freno y lo peor sin medidas que permitan visualizar un cambio de trayectoria y un repunte de confianza.

El desastre causado por las erráticas medidas del FMI y las políticas seguidistas del gobierno son irreparables y están llevando al país a la mayor desigualdad social desde la postguerra. Así no necesitamos salvadores, el barco se hunde, quedará a flote el capitán y algunos acompañantes con salvavidas incorporado. El resto como los espartanos, se salvará el más fuerte.

¿Qué pretende el FMI?

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