¡A LO QUE DIOS NOS LLEGÓ!

La frase del titulo es muy socorrida en nuestro hablar diario, pero es que ahora se hace mortal de necesidad el pronunciarla, sobre todo si sirve para comentar las recientes declaraciones que el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara se ha permitido el lujo de conceder a la prensa española.

Un servidor no daba crédito cuando tuvo que leer, por ejemplo, en palabras de don Cayo que “hay un descrédito brutal de la Jefatura del Estado y eso afecta al país”. Pero el asunto sube de tono con las tres frases siguientes: “Urdangarin se aprovechó, pero si consintió la Casa Real, debe tener consecuencias”; “Hoy, en el PP, el que tiene más poder, más incluso que Rajoy, es Bárcenas”; “El electorado no quiere a Rajoy y Rubalcaba no tiene credibilidad”. ¿Qué les parece? Pero como el político de marras no se corta un pelo, pide la imputación de la infanta Cristina y dice que, de ser otra, ya estaría sentada en el banquillo. Para más inri, el líder de IU añade que quienes mejor hacen el trabajo en defensa de la causa republicana son los miembros de la Familia Real.

Ante lo anterior, el Príncipe de Asturias –que tiene un eficiente gabinete de prensa y lo habrá leído todo– ha de estar que fuma en pipa. Y como cuando don Cayo reparte, lo hace para todos, he aquí su “receta” para la ministra Ana Mato, auténtico azote de la sanidad española: “Con lo que hay encima de la mesa, matiza el señor Lara, Ana Mato debería haber puesto su cargo a disposición del presidente del Gobierno. Y éste haber aceptado su dimisión. Si no lo hace es porque sería reconocer que todo lo que se está publicando es cierto.” La guinda del pastel la pone don Cayo con lo siguiente: “Ya le dije al Rey a la cara que tenía que abdicar e impulsar un referéndum para que los ciudadanos decidieran entre Monarquía y República. A Juan Carlos se le ha protegido demasiado desde la Transición hasta nuestros días”.

No me he inventado nada. Palabra.

¡A LO QUE DIOS NOS LLEGÓ!

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