A Villares le falta la percusión

El exjuez y virtuoso de la gaita y la zanfoña Luís Villares haría bien en matricularse en la pasantía de Manolo el del bombo y hacer un curso acelerado de percusión, porque ya va siendo hora de que dé un buen golpe en la mesa. Para Galicia enteira, En Marea –originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué– xa foi, pero él se empeña en que aínda é. Pues si aínda é tendría que cantar las cuarenta –se nota que no es muy de taberna donde se juega al tute– a Tone Gómez-Reino, el vicario de Pablo Iglesias na terra, y a Yolanda “La Yoli” Díaz –Eva Solla pouco conta– para que dejasen de amolar. Ambos, como buenos soldados espanhois, están al servicio de Madrid y, de hecho, se toman el partido instrumental como un invernadero donde proteger votos de las inclemencias meteorológicas galaicas para presentárselos esplendorosos a sus jefes en el momento en que sean necesarios. O protagoniza un buen solo de tamboril o todos a casita.

A Villares le falta la percusión

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