La vergonzosa adicción de los senadores a desplazarse en taxi


EL Fari, que tanto presumió de que había llevado en su taxi a Ava Gardner –¡como para no presumir!–, sería el confidente perfecto para sacarles los colores a los senadores. ¿Por qué? Pues porque la Cámara Alta tuvo que pagar casi 16.000 euros en taxis durante los meses que transcurrieron entre las disolución de las Cortes tras la nanolegislatura y las nuevas elecciones. ¡Cómo no va sancionar la Unión Europea a España! Con semejante despilfarro es imposible que cumpla el objetivo de déficit. Por cierto, caminar es muy sano.

La vergonzosa adicción de los senadores a desplazarse en taxi

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