Las verdaderas consecuencias empezarán a verse desde ahora

SI no fuese porque la paternidad –maternidad en este caso– corresponde a Santa Teresa de Jesús, Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, habría dicho aquellos de “vivo sin vivir en mí”, porque vaya últimos diitas ha pasado: la metamorfosis en Momo y el regreso a su apariencia normal, el viaje a Dublín con Alberto Lema, el derbi contra el Celta que está a punto de caer y que tendrá que ver desde el palco... y para colmo un sesudo asesor –menudo paradoxo!– que le dijo: “Alcalde, el plazo para presentar la moción de censura vence de forma inminente”. “¡Cómo!, ¡aún quedan seis meses para que se acabe!”, respondió, acostumbrado como está a la terminología cronológica de la xente do común. No, desgraciadamente, no quedan seis –¡cuánto se hubiese podido conseguir en ese plazo!–, ya ha expirado el plazo. Y da miedo pensar en lo que vendrá a partir de ahora... pues que entren en vigor los presupuestos elaborados por los mareantes significa un año perdido para A Coruña.

Las verdaderas consecuencias empezarán a verse desde ahora

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