ASí, a bote pronto, a uno le hablan de Tanzania y sabe que está en África, pero le cuesta situarla con precisión en el mapa o decir cuál es su capital. Y ya no digamos imaginarse las aficiones de sus habitantes. Pues resulta que a los tanzanos les gusta el fútbol, sobre todo la Liga inglesa. De hecho, dos de ellos suelen apostar en los partidos, pero no al resultado o a incidencias del juego, sino que se juegan a sus esposas, que durante una semana estarán con “el propio” o con “el otro”, según haya sido el marcador del encuentro. Firman el acuerdo destacando siempre que están en su sano juicio... Sano, sano, de todo no parece.