Una petición de película

FRAGA combinaba su amor por la caza con el que sentía por la protección de ciertas especies. No, no es que después de abatir a un corzo le entrase una llantina tremenda y decidiese hacerse socio de Adena, sino que diferenciaba entre su pasión cinegética y la que sentía por Galicia, en cuyo progreso estaba empeñado. Eso lo sabe bien Pancho Casal, por entonces productor de cine a tiempo completo, a quien don Manuel dio amparo bajo su manto protector para que Continental, su empresa, fuese una pieza básica del pujante sector audiovisual gallego. ¡Menuda riada de millones recibió durante años! Pero los tiempos cambian y Pancho Casal es ahora militante-inscrito en Podemos y parlamentario autonómico, pero recuerda la querencia animal de su mentor y ha reclamado un refugio para los animales abandonados en el Camino de Santiago. Propuesta respetable, todo lo contrario que el argumento para solicitarlo: que los animales abandonados dan mala imagen. Vamos que no le preocupa el abandono en sí, sino la imagen... de película.

Una petición de película

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