Una pareja envidiable

MARIO Vargas Llosa, hombre maduro a quien le gustan las mujeres más o menos de su tiempo, es un artista con la pluma y un asesino con la lengua. Sin perder el tono cadencioso del hablar peruano, su boca lanza sacacorchos de navaja suiza con la misma precisión con la que los delincuentes los utilizan para destrozar las articulaciones a sus víctimas, que es lo que acaba de hacer al describir la situación de Cataluña. “El nacionalismo catalán es una ideología tóxica”, ha sentenciado el premio Nobel. El hablar de Paco Vázquez, el coruñesismo hecho hombre, también es rítmico, no tanto como el del escritor peruano, pues sufre una fuerte influencia del koruño, pero su lengua es también precisa, menos helvética, eso sí, más del estilo de la navajas de Taramundi pero igual de exacta al rajar la carne. Y si la carne es estelada... De hecho hace unos días dictaminó que “es en las aulas donde se viene fraguando el golpe de Estado separatista”. ¡Qué gran pareja harían en un tertulia de analistas de la actualidad polítca!

Una pareja envidiable

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