SI las últimas semanas han sido duras para la coruñesa por consanguinidad –su padre y su abuelo lo eran– Cristina “Supertatto” Cifuentes, las que vienen por delante aún lo serán más. La renuncia a la Presidencia de la Comunidad de Madrid y al acta de diputada autonómica la han dejado sin unos ingresos anuales de 106.000 euros y se ha quedado con una mano delante y otra detrás. “No tengo pisos, ni áticos; no tengo acciones, no tengo nada. En mi cuenta corriente debo de tener 900 euros”, ha confesado. Y no miente, pues vive de alquiler en Malasaña. Menos mal que cuenta con su título de licenciada en Derecho y que es funcionaria del cuerpo técnico superior, porque si no, su supervivencia le obligaría a practicar con fervor la doctrina Solbes. Aquella que expuso ante la comisión parlamentaria que investigaba el rescate de los bancos: “Si no existiesen las puertas giratorias, los políticos se extinguirían”. Aprovechando que a ella le gustan los bolsos grandes, siempre podrá llevar un bote de Tres en uno por si hay que lubricar las bisagras para que no chirríen mucho.