El triatlón ya dejó de gustarles a los mareantes

El Santo Job nunca podría ser un abajo firmante. La Marea, nasía pa’ganá, jamás toleraría que su nombre apareciese en un manifiesto de apoyo, no por su condición de santo –que también– sino por lo que le gustaba ejercitar la virtud de la paciencia, que no es precisamente una capacidad que prime entre la xente do común. Durante una temporada todo era que A Coruña tuviese más kilometros de carril bici que de calles peatonales. De repente a alguien se le ocurrió que más apaixoante que el ciclismo es el triatlón y propició que carril bici de Linares Rivas ya se inundase antes de su puesta en servicio. Ahora ha habido vuelta atrás y de nuevo toca soñar con un futuro ganador del Tour que sea coruñés. Consecuencia, equipar la zona con red de pluviales. O sea, otra vez obras... Claro, meditar bien las cosas también exige un poco de paciencia.

El triatlón ya dejó de gustarles a los mareantes

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