TAN dados son los jueces a ordenar demoliciones de edificios para solucionar problemas urbanísticos que sorprende que hayan resuelto un conflicto entre los propietarios de unos terrenos y el Obispado de Tui ordenando el traslado piedra a piedra de una capilla de su emplazamiento a otro diferente. Tal vez se deba a que los magistrados son temerosos de Dios y no quieren que caiga sobre ellos el rayo exterminador. Si es así, con plantar una cruz en el tejado de cada inmueble que se construya, se acabaron las demoliciones.