Todo se reduce a una cuestión de ego

hace tiempo que el Celta y el Ayuntamiento de Vigo han roto relaciones. Hay quien considera que todo se debe a una lucha de egos y hay quien considera que Abel, en su locura por mimetizar la carrera de Francisco Vázquez, quiere emular su homérico enfrentamiento con Lendoiro, personificado, en su caso, por Mouriño. Sea como fuere, el Celta decidió lanzar su órdago y amagar con llevarse el campo a Mos. Una posibilidad que ha cabreado mucho al alcalde y los suyos, tanto que decidió presentar alegaciones al PXOM de esta localidad intentando que se paralice el proyecto del traslado del estadio. Y mientras tanto, la ciudad mira ojiplática. FOTO: Abel Caballero | aec