El Supremo ya no comulga con más ruedas de molino

Hay que ver que malos son los magistrados del Supremo, que están empeñados en no creerse las buenas intenciones de ese mártir subido a los altares del secesionismo que es Oriol Junqueras. El republicano, que estaba dispuesto a inmolarse por su Catalunya y aceptar el duro cáliz de convertirse en president y va a ser que no. De entrada, el que fue uno de los muñidores del golpe de estado que junto a Puigdemont y el resto de independentistas intentaron dar, tendrá que seguir en prisión, más que nada porque los jueces consideran que existe un evidente riesgo de reiteración delictiva. Es evidente que a Junqueras no le ha ayudado la actitud de algunos de sus compañeros, que evitaron la prisión preventiva tras jurar que acataban la Constitución y el 155 y, tan pronto pisaron la calle, corrieron a vociferar que lo suyo era la independencia, al precio que sea. Eso sí, con el precedente de la situación por la que atraviesa Junqueras, ya son multitud los que creen que a Carles Puigdemont le quedan años y años de destierro en Bélgica, a no ser que le suba el colesterol de tanto bombón que se está comiendo. FOTO: Oriol junqueras, en su último paseo antes de ingresar en la cárcel | aec

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